Lo primero que debes hacer antes de iniciar una reforma es identificar los puntos fuertes y los puntos débiles de la vivienda. Esto te permitirá ser objetivo sobre qué elementos necesitas renovar, sobre todo cuando se trata de una reforma con un presupuesto muy limitado.
Es necesario conocer si las bases de la residencia, tales como la estructura, las tuberías, las entradas de iluminación y el aislamiento, están en óptimo estado, dado que estos elementos podrían resultar la principal fuente de gastos, además del tiempo que se requiere para reemplazarlos.
En este artículo te hablaré sobre reformas más «superficiales», sin incluir estructuras, instalaciones, ventanas, ni cambios en los cerramientos de fachada.
Cuando adjudiques la obra, debes estudiar muy bien los presupuestos presentados por las empresas constructoras. Es muy frecuente que la empresa constructora plantee un presupuesto bajo para captar al cliente y éste aumente de precio considerablemente debido a “imprevistos”. Todos los imprevistos suponen un sobrecoste, por lo que tendrás que comprobar que el presupuesto contempla todas las partidas necesarias para realizar la obra. Siempre que puedas, intenta contratar un presupuesto cerrado. No obstantes, hoy en día pocas empresas están dispuestas a correr ese «riesgo» y, si lo hacen, es a costa de un margen de beneficio muy alto, para poder capear esos posibles imprevistos. Lo ideal es mirar primero varias opciones y considerar la más ajustada al trabajo que se necesita hacer.
Cuando solo se trata del aspecto estético, el proceso puede resultar mucho más sencillo y es más probable mantener el presupuesto. La regla para iniciar los trabajos con garantías es tener claro el estado inicial de la vivienda, de esa forma podrás determinar qué es necesario hacer y cuáles son las partidas clave donde invertir. Un consejo importante es reservar alrededor de un 15% o 20% del presupuesto total para cualquier tipo de inconveniente que pueda surgir durante el proceso.
Planificar la remodelación con tiempo de anticipación hará que puedas aprovechar ofertas. Esto ayudará a ahorrar dinero en la compra de algunos de los materiales que necesites. Además, puedes identificar cuáles de los procesos de la reforma puede ser realizado por ti mismo, y de esta forma disminuir el dinero que necesitas destinar para la mano de obra, contratando los servicios profesionales para los trabajos que realmente lo necesiten.